jueves, 22 de octubre de 2009

POESIA DEL GRUPO TIGRE

ERA MUCHA NOCHE

Superhombre de mí,
libre,
occidental buscando,
las certezas de antiguos continentes,
arrodillado a la vera de algún camino,
aguardo que vuelva a sorprenderme
la luz de una noche,
donde los amantes,
gozan,
al compás inmenso de una luna nueva.

Perturban los pensamientos
y endebles cadenas que no atan a nadie,
nos prometen ser independientes.

Demasiada noche para los esclavos.



Lucía Serrano


ERA UNA CHICA ADOLESCENTE


Edad atravesada bruscamente,
alegrías, melancolías.
Cambio veloz de la letra,
abstracciones hojeadas en los libros.
Nadie que nombre un sentido lógico,
sostenido destiempo de la sabiduría,
raíces de sutiles de la tierra.
Búsqueda de generaciones,
risas inocentes.
Antigua esperanza,
futura textura de la piel.
Emoción insabida
del exacto deseo.
Respuesta alucinada,
pregunta interior prohibida.
Huyó por la ventana
sin preparar nada
en búsqueda de alma.
Emoción distinta,
identidad lingual nueva.
Era una chica adolescente,
gesto corporal denotando
el devenir de los tiempos.


Norberto Demarco




TRISTE GARÚA CAPRICHOSA

Danzarina seductora,
susurras a mi oído izquierdo
versos de una realidad plomiza,
cantando alegremente a mi derecha
banalidad necesaria y ficticia.

Que los vientos te aparten
Que caiga un aguacero
Que se laven las calles

Para que el día sea posible,
para que todos cambiemos este juego,
para que el descalzo no rompa el cristal
o la dama no se ahogue en sus plásticos senos.

Por que la mañana llega
Por que todo fin es un principio
triste garúa caprichosa.



Ricardo Guimaraynz



ERA UNA CHICA ADOLESCENTE

Sweet bird of youth
In memoriam de: Tennessee Williams

Esa chica adolescente nos atraía
como insecto a la lámpara nocturna.
¡Que magia su piel suave, blanca,
como la flor del cerezo!
Eclipsaba al sol con sus miríadas de fotones,
su fresca sonrisa.
Sus manos como pájaros saltarines,
la preciosa esbeltez de su figura
nos embargaba fascinándonos.
No en vano soñábamos con su amor
cargado de inconstancias, consolándonos
por un instante de las frustraciones.
Soñábamos con sus caricias,
despertábamos temblando
con su imagen inasible en
nuestro brazos huecos,
mientras el zorzal del alba
anunciaba la llegada de
la cruda realidad de los días.
Ya te fuiste, dulce pájaro de juventud
y tiembla nuestra voz en la tierra sombría,
a veces traspasada por rayos de dulzura
entre las nubes grises del atardecer.



Edgardo D´Alvia


COMO CABALLO CORDOBÉS


Ir y venir por las mismas calles
la esquina que después del recodo,
da más,
lo mismo de lo mismo cada día.

Es de memoria el paisaje
en calesita del terreno baldío,
idénticos los muñecos
con sus aristas, a modo de destino.

En ésta vuelta,
subida al caballo cordobés,
Intento virar a otra parte.

Lo posible serpentea
se esconde en las caras conocidas
se ahueca en las manos vacías.
No tan de repente
lo posible se hace piel,
no así como el florar .
que repite el color de la esencia
cada vez en otra yema.

Aún a tientas
galopo las tinieblas,
trotando tempestades/consecuencias
entiendo que no sabe más que volverse al pago,
sin embargo de salto en salto
como al descuido, a secas,
asoman entre las ramas nuevas
secretas/propias ocurrencias.



Nora Cóliva



ERA UNA CHICA ADOLESCENTE



Ella, caminaba por rieles del olvido,
rozagante fragancia envuelta en velos.

Nació en la primavera fulgurante
de labios exultantes de delirio.

Amó con desmesurada pasión lo interminable del tiempo,
ansias del círculo perfecto, crepúsculo dorado.

Sortilegio encadenando lo verde
penetrado por lo azul del viento.

Derramó jazmines y néctares
en profundas aguas de la vida.

Acarició la serena ilusión
de no poseerse a sí misma.

Era una chica adolescente que en violentas ráfagas del amor
sobrevoló todos los senderos.




Jorge Montironi

sábado, 3 de octubre de 2009

SE TERMINO BAGDAD (Relato)

A mi amigo Osvaldo Verón

Hola si, quién habla?...
Ninguna voz respondía y yo por decir algo dije: ¡viste, se terminó Bagdad!
Todo a mi alrededor comenzó a moverse, las lámparas, las cortinas, las sillas,
las alfombras, y yo misma bailaba frente a tanto movimiento.
Mientras tanto mi lengua agitaba posibles multitudes diciendo:
¡Venid a mí incrédulos inocentes!
Bendigo tus ansias por verte feliz.
¡OH la esperanza ambicionada por todos nuestros muertos,
y por nosotros mismos, que hoy dudé si aún no habíamos muerto.
Las visiones siempre tenían la malsana virtud de seguirme los pasos.
Muevo la boca para morder todos los colores,
y esta vez amigo me da asco el azul.
Vuelve a sonar el teléfono, yo queriendo responder no digo nada.
El silencio acude soberano también él a mi cita.
Una voz grita ¿porqué no respondiste? Intento abrir los labios para decirles:
¡Venid a mí, os estoy esperando!
Todas las alianzas fueron del viento, toda danza fue rota.
Ya no cantan los pájaros, ni hay fisura en las mañanas.
Ya no están los amores que nos aguardaban en Bagdad.
¡Adonde ir ahora?
Odio las flores, los besos, las ilusiones, los niños, fragancias de tanta algarabía.
Este boludo juego me digo, el poeta lo inventa, sepárate de él, olvídalo.
Ya se terminó la danza y no hay más movimiento en esta sala.
Todo lo que imaginaba bueno era oro falso.
Perfumado vaivén para un viajero sentado, rezando en la puerta de una mezquita en Afganistán, llorando porque destruyeron Bagdad.
Percibo todas las violencias que he escuhado y como vital camarada del silencio, imagino ser capaz de develarle los sueños a la razón mundana.
Investigo las tenues disculpas de los inmigrantes,
y ya no quiero volver a ningún sitio.
Asombrosa inquietud al borde de una playa reflejada en el espejo colgado frente a mí.
Precioso alimento.
Pentagrama donde encierras las palabras.
Seda y lapislázuli, solo eso necesita la raíz del alma.

(del libro inédito de Lucía Serrano "REVIENTE")