miércoles, 29 de diciembre de 2010

felices fiestas - A LOS HOMBRES FUTUROS

A los hombres futuros
1
Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.

Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.
¡Qué tiempos éstos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?
Es cierto que aún me gano la vida.
Pero, creedme, es pura casualidad. Nada
de lo que hago me da derecho a hartarme.
Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara,
[estaría perdido).
Me dicen: «¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!»
Pero ¿cómo puedo comer y beber
si al hambriento le quito lo que como
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.
Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia,
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
2
Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

Mi pan lo comí entre batalla y batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con impaciencia.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos, sin mí. Lo sabía.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
3
Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.
Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.

Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia.

BERTOLT BRECHT

jueves, 23 de diciembre de 2010

POEMAS DEL GRUPO DE ESCRITURA TIGRE

VUELAN LOS PÁJAROS

Es así mi tiempo, todo un juego donde vuelan los pájaros que nunca veo.
Y esta semblanza de niña preocupada por el futuro incierto,
ya no tiene la fuerza que anhelaba,
ya no cabalga montañas empinadas,
ya no tiene caballo aguardándola.
Nunca volaron los pájaros que yo miraba.
Estoy cansada, agotada de más por tanto volar alrededor de una almohada.
Cama de los residentes en el cielo.
El odio los dejó vivir sin agua, sin amantes ciertos.
Todo pasaba.
Solo quedaron las flores disecadas,
los experimentos inmóviles y obsoletos,
los absurdos razonamientos,
los inventos.
Sin sueños posibles de soñar,
todo era un infierno en llamas.
Vuelan los pájaros, pero no los que yo veo.
Esta quietud tan antinatural,
se la debo a dios,
que me invitó hace mucho tiempo,
a vivir con él, a su lado, en el cielo.

(del libro inédito de Lucía Serrano MÁSCARAS)


SIN CUERPO

Crecieron los geranios,
las cañas llegaron altas,
los jazmines todos,
florecieron a mis espaldas.
Dejaba entrar a cualquier forajido,
por el ansia de conocer la asfixia
que lo acompañaba.
Honda penumbra.
Voluptuoso follaje,
Sueños infantiles.
Amanecer sin cuerpo,
era ser fiel a ese destino.
Devuélvanme los días tibios,
el arco, la flecha,
y los gestos cariñosos
de los enemigos.
Cautiva en este universo,
no tengo fe.
Aguardo el banquete final,
donde no será necesaria mi presencia.
Iré sin cuerpo,
Probaré el aroma de los cautiverios.

(del libro inédito de Lucía Serrano "MÁSCARAS")


RECUERDOS DEL FUTURO



Acontecimientos históricos
sin tiempo en el olvido,
atravesando lejanías.
Nadas perdidas
del porvenir.
Completud negada
por la división existente.
Raíz de una lectura
que nos tiende su mano sensible
hacia las letras.
Recuerdos del futuro,
donde siguen naciendo poemas cada día.


Norberto Demarco


CABALLOS DESBOCADOS



Cuando chico,
mi padre me invitó a andar en un caballo.
Paseando juntos,
en un momento, lo paró, bajó,
en búsqueda de un árbol,
emergencia fisiológica.
El caballo escapó conmigo a la aventura,
siguiendo el camino de un jinete inexistente.
Amé a mi padre más que nunca,
mano creadora de sortilegios.
Sorprendido, caí luego de un largo galope
cual guerrero en plena defensa.
Cuando la gente nos miraba,
pensé en silencio, que los tres fuimos
caballos desbocados.
Él, en su arrebato de bestia salvaje en las praderas,
mi padre y yo, en nuestra algarabía de silencios.


Norberto Demarco

SÓLO LOS ÁNGELES



Una mirada destellante.
Gestos particulares entre aniñados y felinos.
Titilantes latidos que prometían
la brisa exacta para la cálida noche.

Un parque temático para los rojos deseos,
cualquier niño se perdería,
cualquier hombre lo recorrería con placer;
solo los ángeles se mantendrían indemnes.

Conservó mi corazón de niño,
vivo mis deseos de hombre.
Muerdo hasta su corazón,
brota mujer y se desarma en niña;
horrorizada, huye.

Intenta rearmar sus personajes,
se arrepiente de cada movimiento,
me culpa, llora y sonríe,
tras el humo de su cigarrillo,
especula cuantos sueños tardara en olvidar.

La tomo firme del cabello,
fumo de su cigarrillo, beso su cuello,
susurrándole al oído me despido;
solo los ángeles quedaron indemnes.



Ricardo Guimaraynz


EL CALOR DEL SOL



Tenía las vueltas dando tristeza,
los vuelos sin tiempos,
y ajado el corazón.
Nada respondía a la realidad prevista,
cúmulos de creencias que el andar desgajo.

Hoy vestiré camisa gris plomo,
ambo color acero,
corbata rojo sangre;
algo aún de vida queda.

Mañana, quien sabe del mañana,
un sueño necesario,
quizás exista.
Quizás encuentre algún lugar
donde sentir el calor del sol.

Soy el ave negra que traza círculos en el cielo,
el vuelo temido, alas que cortan el silencio.
Soy la esperanza de encontrar vida en el desierto
y la roca que se parte por el calor del sol.



Ricardo Guimaraynz


CONSCIENCIA DE VISIONARIO



Con los ojos abiertos o cerrados,
en la noche insomne o la mañana
a veces ahí en un instante,
relampaguea el futuro.
Las rápidas vistas de lo que aún
no fue, lo temido, lo deseado,
se instalan súbitamente.
La consciencia de visionario
nos da órdenes que nos obligan
sin miramientos.
Esa fuerza es tan grande
que transformará la realidad
o alejará la presencia
de la muerte.
Sacudiendo el polvo tenue que nos cubre,
seamos permeables al futuro en germen,
a las vibraciones irreales
que nos golpean dejándonos atónitos.
La potencia del tiempo venidero
nos roza de frente sacudiéndonos.
El amor, la sensibilidad,
la angustia por la muerte,
la pujanza por la vida,
todo o nada nos acerca
al porvenir, súbitamente
sin preámbulos,
con amor de redención,
para salvarnos, para salvar
a otros, para no morir.




Edgardo D’Alvia

LA DESPEDIDA



Tal vez me despida
de algunas bellezas que la vida
me dejó sin pensarlo.
Tal vez me despida con nostalgia,
de la magia de una voz sedosa
llamando a horas extrañas, reclamando
mi presencia sin condiciones,
de los apretones de esos bracitos tiernos
estirados hacia mí gritando “papá”,
de los rostros de mis pares
cincelados en mi memoria
riendo a carcajadas sin razón.
Tal vez de los atardeceres cuando
te colgabas de mi cuello, esperando
una frase que salía de mi
espontáneamente o de los besos
apasionados que se precipitaban
en torbellinos de caricias.
Quedan muchas frases sin escribir
mas siento que la generosidad
es mayor que el egoísmo y
el amor más grande que el desdén.
La primavera se ofrece para
seguir el camino con las alforjas
abundantes aún, esperando que
en el siguiente recodo,
alguien pueda aceptarlas,
antes de la despedida.



Edgardo DÁlvia

AUGUSTO



Tal vez el niño que brillaba
merecería este poema,
quizás el buen amigo, el bueno..
Quizás el que sabia callar penas,
o tal vez el admirado dando giros en el aire,
el que jugó con sus hermanos
a la rueda, a resbalar por el patio de la casa
a poner la mesa...

Quizás el tan amado nunca sepa,
que cada tono de su voz
me parte el alma,
quizás no sepa.

Pero no es para él este poema
es para el grande, el escultor,
el buen amigo.
La buena gente
en que se ha convertido.
Para la paz que lo habita y lo consuela
para mi hijo mayor
¡Por que me puebla!



Nora Cóliva

LA RUEDA GIRA



Dos corceles a toda carrera, desbocando
un alma que despeña,
un helicóptero recién aterrizado,
por demás desigual y despintado,
un chancho, recorriendo
un paraje legendario.

En la carreta al costado del camino, ríen
desorientadas dos niñas muy pequeñas.
Un cohete espacial y la ventana
que solo sabe dios a donde mira.
Bancos de plaza que sientan abuelitos,
y una pera gigante con dos puertas.

En este carroussell que apenas puede
con el giro, la cordura y la palabra.
Suena una canción envejecida,
la rueda gira ...
gira la vida.



Nora Cóliva


EN EL CAMINO



Cielos ausentes de límites.
Demiurgos ataviados de estrellas
inventando el camino impreciso de la vida.
Faltriqueras desbordantes de infinitos deseos.
Los halcones que esperan tu osamenta
relinchan cual caballos desbocados.
Los néctares de su incomprensión
serán senderos alarmados de sordera.
Apártense de la lujuria que ignoran,
sólo los ángeles están a nuestro lado.
Reguero de pólvora hacia los andrajos desvalidos
de bestias desalmadas bien conocidas
por el tufo lacerante de sus cuerpos y sus almas.
En el camino refrescas la interrupción de lo continuo.
Torbellinos de tu partida aseguran el porvenir
y mientras la rueda gira,
los recuerdos del futuro nutren nuestras ansias.
Hoy quiero amar, amar desesperadamente lo nuevo,
lo rechazado por ignorantes consciencias,
lo insobornable de tus gestos,
tu hidalguía noble de revoluciones
sin cansancio, con los nombres apretados
en nuestras alforjas de sueños.
Te extraño, si, te extraño
mas en el sutil amparo de nuestros recuerdos gozosos.
Te extraño, si, te extraño
en las colinas donde se yerguen los grandes anhelos de un hombre.
Te extraño, si, te extraño
y los sueños se hacen más grandes al extrañarte
y más inmenso el amor, tozudo, rebelde, inapropiado
y las casas bajas aumentan la fiesta al no verte,
recogen los suburbios alienados,
los tristes desamparos.
Todos,
oh, amores y odios hacen de tu ausencia un tributo
al recuerdo de aquellos días en la tierra
en los que vivimos juntos.




Jorge Montironi



DESCARTABLES



Son descartables elogios
los que alaban tu alma.
Las sombras siempre se esconden
detrás de una luz intensa,
aniquilando las ansias
del verdadero caminante
que a tintas forja los nuevos senderos
de un tiempo que no viviremos.
El fino hilo de alabastro que sustentas,
brújula perfecta,
distrae a navegantes desprevenidos,
encerrándolos en laberintos
recónditos de almas que no acompañan
ideales de grandes proyectos labrados
en el vivir de un hombre del futuro.
La raigambre de nuestro ser,
sabe de las malezas
obstaculizando las huellas.
Nuestro consuelo será siempre
seguir adelante,
con fuerza,
con firmeza,
con otros,
para otros.



Jorge Montironi

viernes, 17 de diciembre de 2010

AMOR, ¿COMO ES QUE VIENES...

Queridos queridos: seguidores y escritores de Verdores, un poema màs de Carilda Oliver Labra para disfrutar :



Amor, ¿cómo es que vienes...



Amor, ¿cómo es que vienes
a darle al pensamiento tu estocada
si estoy entre las sienes
-débil mujer a golpes decorada-
y apenas tengo trato con la aurora
por no mirar la luz que eres ahora'?

Amor, ¿cómo es que usas
el mismo corazón en que naufrago
y arrimas tus confusas
palabras al silencio este tan vago
y en brote que es de gloria me enajenas
mientras ardiendo estoy entre las penas'?

Amor, ¿cómo es que tocas
eI mundo donde salgo desmentida,
y vuelves y provocas
de nuevo los dolores de tu huída
si a tiempo de morirme tanto y tanto
te yergues sin cadáver en mi canto?



Querida Lu, te mando un poema de Carilda para subir a Verdores,

un cariño inmenso

Nora

miércoles, 8 de diciembre de 2010

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE JIM MORRISON



(8 de diciembre 1943 - 3 de julio 1971)


DOORS, EL HOMBRE QUE AMAS ODIAR

Duda amor, cabalga la serpiente dorada que iluminó nuestras cimas.
Pónte anillos de fuego y trepa a través de la marea devorando, las
conciencias humanas que aturden tu alma.
Todo está roto, baila, enciende el fuego de mis cosas favoritas.
Sé mi hermano vagabundo y tráeme champagne.
Al otro lado te aseguro amor, Dios es grande.
Elige el día del día, hasta tener tu propia visión en tan extraño
recorrido.
¡Enfrentemos a la muerte!
Flotan verdades en la brisa y sin embargo hoy, no recuerdo
haber nacido.
Abrázame fuerte, ellos quieren mi muerte cuando sospechan
que aún te amo.
Nunca más miraré a tus ojos y sin embargo siento funcionar
ese universo, sé como funciona.
Todas las miradas aceptan que en el silencio no existen las
trampas.
No sangres más caballo, galopa encima de todos los antifaces y
pónte la máscara adecuada.
¡Ven a buscarme!
Soy, un falso héroe, un dios poderoso islandés que vive en
América, un demonio en cuero blanco, un espía del amor.
Estamos en el borde de algo sagrado.
Conozco la palabra que quieres oir, conozco los sufrimientos
del éxito, la felicidad imprecisa, el ojo nocturno que reclama
urgencias.
Esta vez mi amor, deseo caer, en el escenario.

(del libro de Lucía Serrano “Blues para la Corona”)

viernes, 3 de diciembre de 2010

CARILDA OLIVER LABRA




De paso por el sueño

III
Mi corazón de vértigo y remanso,
mi corazón difícil como un nudo
se me zafó una tarde en que no pudo
cuidarse este latido que te alcanzo.

Porque llegaste al aire en que me canso,
amaneciendo mi dolor desnudo,
te quiero así: con amarillo mudo,
inútilmente, y hasta e! tiempo manso.

Me trajeron tan lacia y parecida
a una estatua de carne arrepentida,
que apoyada a la izquierda de tu nombre,

desde mi soledad, casi sonora,
cada noche que estudia para aurora
te espero como a Dios... y vienes hombre.

(enviado por Nora Cóliva)